Mientras las carreteras del país siguen hechas pedazos, la Viceministra de Infraestructura del MICIVI / CIV, Norma Lisette Zea, ya mostró su verdadero plan: convertir al ministerio en su caja chica, directamente enviada por el mismísimo presidente Bernardo Arévalo.
La semana pasada se desató una intensa actividad de asalto en el ministerio de Comunicaciones. Desde Presidencia se instruyó a Zea que, con calidad de urgencia nacional, debe retomar el “mantenimiento” de la ruta más transitada de este gobierno: la vía rápida al enriquecimiento ilícito. Esa carretera ha sido la única que la administración de Bernarco Arevago ha mantenido libre de baches, la misma que ya sacó del anonimato financiero a varios funcionarios y operadores del oficialismo, y que servirá como autopista de financiamiento rumbo a las próximas elecciones, donde Abelardo Pinto pretende dar continuidad al fraude impuesto.
DREAM TEAM DE COIMAS
Zea busca quitarle el poder al ratón (el ministro loco) para hacerse del control absoluto de todas las dependencias del CIV y ponerlas al servicio exclusivo de los financistas de siempre: Gabriel Guerra y el poco sonado, pero influyente, Foscolo Liano, con su empresa consentida, Grupo Muratori.
Para ejecutar la operación, Zea armó su propio “Dream Team” de operadores. Entre ellos figura Gilberto Guerra, exdirector de Caminos, recordado más por sus escándalos que por su gestión, pues salió por la puerta trasera, denunciado por el propio ministro Félix Alvarado por corrupción. También, con Edwin Chávez, presentado como el brazo ejecutor y nuevo asesor estrella. Su papel es fungir como recolector de coimas y peaje obligatorio para las constructoras.
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La orden de Zea es tajante: ningún pago se libera sin que antes pase por Chávez.
ÓRDENES DE MADRIGADA
El jueves y viernes pasados, Zea reunió a las piezas clave de Caminos y COVIAL.
Las sesiones, que se prolongaron hasta las 2 de la mañana, tuvieron un mensaje claro: todas las cuotas deben pasar por la viceministra, y solo se autorizan si Chávez confirma que las empresas ya se cuadraron y comprometieron a dar la respectiva coima. Estas instrucciones fueron confirmadas en una reunión a puerta cerrada entre Arevago, Zea y el ministro Miguel Díaz, el ratón. Ahí, Bernarco fue contundente con que Zea manejará las cuotas y los pagos directos con Presidencia; el ministro debía apartarse de todo lo relacionado con desembolsos.
Esto se debió a que Díaz se negó a firmar un pago de más de Q100 millones a Grupo Muratori por el proyecto Puente Belice II, que no muestra avances, pero que goza del “compromiso especial” del gobierno de la transparencia. El CIV sigue siendo el botín anhelado por todos. Zea llegó a rapiñar, desfalcar y montar su propia estructura de cobro, con el beneplácito de Bernarco Arevago. Una vez más, el discurso de cambio quedó reducido a los escombros de las carreteras, mientras la nueva camada de funcionarios se reparte las cuotas al estilo más rancio de la vieja política. Zea, convencida de ser intocable, presume que solo obedece órdenes de Presidencia. Su madrina política y verdadera protectora es nada menos que Ana Glenda Tager, secretaria privada de Arevago, quien la impuso en el cargo y la consigna es hacerse multimillonarios rápidamente, a como Zea.
CONTINUARÁ…